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  CAJA DE VUELO
 

CAJA DE VUELO

UN PEQUEÑO TALLER y ESTACIÓN DE SERVICIO AL ALCANCE DE LA MANO

Si va usted a un campo donde se vuelan aeromodelos, es seguro que hay varias cosas que le llamarán poderosamente la atención: aparte de los modelos, los aeromodelistas utilizan una serie de cosas con la que estamos seguros ustedes no contaban para poder practicar su afición: son diferentes sistemas que simplifican en gran medida el proceso de puesta en marcha del modelo, realización de pequeñas reparaciones, etc.

Todas estas cosas se suelen organizar en un pequeño taller, que debe ser portátil para poderlo arrastrar por aquellos lugares inhóspitos donde se practica el aeromodelismo. Es lo que llamamos la "caja de vuelo". La caja de vuelo permanece en el suelo, a nuestra vera, y es además de un pequeño taller, una auténtica "Estación de Servicio" en miniatura. Hablemos de la caja y de su contenido.

¿Cómo es una caja de vuelo?
No hay normas específicas acerca de como debe ser su caja en particular. Sin embargo, como la mitad de los aeromodelistas se acaban diseñando una o varias, según descubren que la que tenían no les vale, les daremos unas guías acerca de la que nos sirve a nosotros.

En cuanto al tamaño, tenga en cuenta que la caja hay que llevarla, por lo general a mano y mientras en la otra llevamos el modelo y/o algunas otras cosas. Como desde el coche hasta el campo puede haber una cierta distancia, el primer consejo es hacerla lo más pequeña y ligera posible. La caja suele durar varios años, por lo que debe ser robusta. Para solventar la aparente paradoja, la caja de vuelo de contrachapado barato de carpintero, susceptible de cortarse con cuchilla. Es conveniente buscar algún sistema para separar del suelo la parte inferior de la caja (para que no se moje con la humedad).

Si no desean ustedes diseñarse una caja de vuelo, existen numerosos diseños comercializados, que por lo general cubren las necesidades de la gran mayoría de los modelistas, son bara­tas y proporcionan un buen acabado. Además de las cajas comerciales, hay otras muchas posibilidades de solucionar el problema del transporte. Las cajas metálicas (de aluminio) que se venden en ferreterías industriales son susceptibles de tras­formación con cierta facilidad. Otra posibilidad es una caja de plástico de las que se utilizan para llevar herramientas (taladros eléctricos y similares) que cuestan muy poco dinero.

Contenido de la caja
Si siguen ustedes nuestro consejo, y utilizan la caja de vuelo más pequeña posible, acabarán llevando al campo muchas menos cosas que si su caja de vuelo es grande. Recuer­de la Ley de Murphy que dice "La basura crece y se expande hasta ocupar todo el espacio disponible". Simplemente sustitu­yan "basura" por" útiles de modelismo". Las cajas de vuelo siempre acaban llenas.

Mi caja de vuelo lleva todo lo necesario para un día de vuelo con problemas, o con problemas no muy graves. Después hablaremos de cada siste­ma por separado, pero por enumerar hace falta lo siguiente: la emisora, combustible y un sistema de llenado del depósito, un sistema de alimentación para la bujía. El resto de las cosas es "opcional", pero hace más cómoda nuestra actividad. Dentro de lo superfluo, el arrancador eléctrico y la bomba de combus­tible figura en un lugar destacado. Necesita también un sistema de alimentación, en este caso una batería de 12 voltio de peque­ño tamaño procedente de una tienda de motocicletas. Aclare­mos que es "superfluo" cuando no se vuelan helicópteros, en cuyo caso se convierte en "imprescindible".

Hablemos de lo imprescindible
Cuando vamos al campo, es imprescindible llevar com­bustible. La verdad es que el aficionado medio utiliza mucho menos combustible (realmente mucho menos) que el que lleva al campo. No es infrecuente ver enormes latas con 3-4 litros de mezcla que acaban el día casi tan llenas como llegaron al campo. Aclaremos que un modelo medio lleva un depósito de unos 200 Cc, que no se consume por completo; un aficionado medio vuela su modelo 3-4 veces en una mañana, por lo que con un litro de mezcla suele haber más que suficiente. No olvi­de que el combustible pesa, así que elija un recipiente no exce­sivamente grande. El recipiente no debe tener fugas; en caso contrario, dejaremos todo el contenido de la caja hecho una lás­tima. Observarán que encaja con bastante precisión en su alojamien­to, cosa nada extraña, al estar hecha la caja a medida. Hasta ahora no se ha volcado nunca.

Es necesario instalar un sistema de tubos para poder mover el líquido. En los comercios especializados se encuentran por poco dinero juegos de herrajes para confeccionar depósitos de combustible, muy adecuados para este fin. Los tubos son de silicona, similares a los empleados para llevar el combustible del depósito al motor. Existen en el mercado tubos de plástico en forma de espiral que se estiran un metro o metro y medio y que evitan los tubos colgando por la caja de vuelo. Es conve­niente instalar un filtro entre el bidón y el modelo para evitar que entren impurezas en el carburador.

Llenado del depósito
El problema siguiente es llenar el depósito desde el bidón de combustible. En mi caso utilizo una bomba eléctrica (se encuentran en cualquier tienda), que se alimenta de la batería de la caja, en los comercios se encuentran otra manuales que evitan tener que utilizar la batería y que funcionan perfectamen­te. La de la fotografía tiene la ventaja de ser reversible: accio­nando el interruptor hacia un lado llena y hacia el otro vacía el depósito. El depósito de un modelo grande (con motor de 10 cc) suele tener 500 cc de capacidad. Una buena bomba eléctrica lo llena en 30-40 segundos. Hay que tener cuidado de no dejarla conectada por error, o todo el combustible saldrá por el tubo de escape del modelo... si es que primero no se quema la bomba. La bomba está sujeta a la caja de vuelo por medio de dos tornillos.

Alimentador de bujía
Para que el motor arranque, hay que calentar la bujía, haciendo pasar por ella una corriente de aproximadamente 1,5 voltios y 3-4 amperios de intensidad. El método habitual es usar un "chispómetro" (calentador o alimentador de bujía). Los más frecuentes son una batería de níquel-cadmio de 1,2 voltios de tensión y una capacidad de por lo menos 1,5 amperios / hora. Con esto, y si nuestro modelo está bien carburado, podemos arrancar el motor os docenas de veces sin que se descargue. Naturalmente, si tardamos diez minutos en arrancar el motor (con el alimentador puesto), en dos arranques lo dejaremos descargado.

Es posible utilizar fuentes de alimentación de 2 voltios (elementos de batería de plomo). El filamento se calienta mucho más, pero es posible quemarlo por exceso de calor. En este caso se puede colocar un cable largo (de unos dos metros) para producir una caída de voltaje.
"Power panel"
Este es un accesorio en forma de pequeño panel y con varias salidas eléctricas. Se conecta a 12 voltios (la batería del coche o una pequeña batería situada en la caja), con una serie de salidas eléctricas: una suele ser para la bomba de combusti­ble, con un interruptor de llenar / vaciar; otra salida de 12 voltios es para el arrancador; y hay otra para el alimentador de bujías. Los más sofisticados llevan un mando para regular la cantidad de corriente que llega a la bujía (para poder regular su brillo) y un amperímetro que mide esta corriente. Este tipo de paneles se suele instalar en un lateral de la caja de vuelo por medio de tornillos. Su precio es algo superior al de un alimentador de bujías.

Arrancador
El arrancador es un motor eléctrico de suficiente potencia como para poder hacer girar el motor del modelo a velocidad suficiente como para que arranque. En su extremo suelen llevar acoplamiento de aluminio terminado en una goma para arras­trar la hélice del modelo (o el sistema de arranque de una lancha o helicóptero). En el lateral se instala un interruptor de encendido.

La mayoría de los arrancadores comerciales se alimentan con 12 voltios (batería de coche o de la caja de vuelo). Hay varios tamaños (desde los miniatura para motores pequeños hasta monstruos para motores de gasolina); pero la gran mayo­ría son de un tamaño tal que permiten arrancar motores de hasta 10-12 cc con comodidad. El precio es muy variable, pero por unas cinco mil pesetas es posible encontrar uno más que suficiente para durar muchos años.

Sistema eléctrico
Para hacer funcionar el "power panel", arrancador y bomba se necesita una batería. Hay dos sistemas: las cajas "no trasladables" se alimentan de la batería del coche por medio de unos cables de unos dos metros de largo. Es necesario que tengan una cierta sección (por lo menos 2-3 mm2), dado que el arrancador al ponerse en marcha consume bastantes amperios.

La otra posibilidad es hacer que la caja de vuelo sea "trasladable", es decir que la podamos separar del coche. Para ello, es necesario disponer en su interior de una fuente de alimenta­ción suficientemente potente. Es posible instalar una serie de elementos de níquel-cadmio, pero esto resulta caro. La mayoría de 12 voltios procedente de una motocicleta o similar. En las tiendas de modelismo venden unas de esta clase a buen precio. La capacidad necesaria no supera los 4-6 amperios / hora (a partir de ahí el peso es proporcional a la capacidad).

La batería debe sujetarse con firmeza al resto de la caja, mediante bridas o similares. También se debe tener cuidado de aislar bien sus terminales y de no producir cortocircuitos entre sus bornes, que podrían dar lugar a un incendio de consecuen­cias desastrosas (recuerde que el combustible está al lado).

Herramientas y otros materiales
En las fotografías se puede ver otro material que llevo en mi caja (cada cual tiene su manía). La abundancia de llaves, tuercas y tornillos se debe a mi afición a los helicópteros; en la caja de alguien que vuele aviones encontrará el equivalente en hélices, algún buje, etc. Se debe llevar alguna bujía de repues­to, así como macarrón de silicona, una tuerca del motor (la que sujeta la hélice) y algún material más de este estilo.

El trapo, el bote de limpiamanos y el paquete de pañuelos de papel son extremadamente útiles para limpiar el modelo pri­mero y las manos después al final de la jornada de vuelos. No dejen de llevarlos.
 
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